Cómo funcionan los últimos estabilizadores para superyates
Los sistemas de estabilización han pasado de ser una tecnología poco común que sólo se encontraba en los superyates más grandes, a ser piezas imprescindibles del equipo, sea cual sea la eslora del barco. Con tantas innovaciones que han entrado en el mercado en los últimos años.
En el mercado de los grandes yates, los estabilizadores de aleta son un estándar de la industria, pero los controles propios son uno de los principales diferenciadores. Para Quantum, todo comienza con un sensor de balanceo. El sensor de balanceo detecta la ola y transmite el ángulo de balanceo y la velocidad de balanceo al controlador principal para su procesamiento. Utilizando los algoritmos del yate, el controlador principal envía la respuesta adecuada para contrarrestar el balanceo con el movimiento óptimo de la aleta o el rotor y la presión hidráulica necesaria sin apenas intervención humana.
Quantum es líder del mercado de estabilizadores de aleta en yates de más de 55 metros de eslora y es más conocido por sus unidades de aleta XT (extensible) patentadas, el rotor MAGLift (instalado en el Eclipse de 162,5 metros) y la patente más reciente: Dyna-Foil. Las aletas XT™ están diseñadas para extenderse o retraerse en función de la velocidad de la embarcación, mientras que el rotor MAGLift™ utiliza un cilindro giratorio para crear una elevación proporcional a la velocidad y la dirección de la rotación. El Dyna-Foil™ está dedicado a Zero Speed™ y al rendimiento en navegación con capacidades retráctiles. Cuenta con una lámina articulada de gran aspecto que maximiza la reducción del balanceo y el confort a todas las velocidades.
La forma, el perfil y la relación de aspecto de las aletas pueden reducir la resistencia cuando se optimizan adecuadamente. La aleta XT™ más popular de Quantum se diseñó específicamente para reducir la resistencia aerodinámica en navegación y lo hace retrayendo el foil, lo que reduce la superficie en un 30%. Sin embargo, cuando el foil se despliega para el rendimiento Zero Speed™ de Quantum, el 30% más de superficie genera un 100% más de sustentación, lo que se traduce en estabilidad.
Es vital configurar estratégicamente los ángulos de las aletas Zero Speed™ para que estén en línea con la menor resistencia a velocidad de crucero. Esto se puede medir fácilmente con la presión diferencial a cualquier velocidad requerida. Los estabilizadores retráctiles (disponibles en el MAGLift™ y en el Dyna-Foil™) pueden retraerse completamente o en la parte inferior del casco, para minimizar la resistencia cuando no se utilizan.
«La ventaja del rotor MAGLift es que funciona mejor a velocidad cero y a velocidades de 6 o 7 nudos, a diferencia de las aletas que son menos eficaces a velocidades más lentas. En el mercado de los grandes yates, estamos viendo las ventajas de combinar aletas y rotores. Los rotores alcanzan su punto álgido a unos 16 nudos, tras lo cual se repliegan en el casco y las aletas toman el relevo. La combinación de aletas y rotores proporciona lo mejor de ambos mundos para acomodar la estabilización a distintas velocidades», explica John Allen, Presidente de Quantum Marine Stabilizers.
Mucho. Es posible eliminar hasta el 90% del balanceo, sin embargo, el estado del mar es un factor clave, ya que los estados de mar más grandes requieren una mayor área de aletas y potencia hidráulica. Para maximizar el confort en Zero Speed™, Quantum recomienda mantener el ángulo de balanceo medio del yate (valor RMS) por debajo de un umbral que sea proporcional al periodo de balanceo de la embarcación. Como ejemplo, una embarcación con un periodo de balanceo de 10 segundos debería tener un sistema estabilizador capaz de reducir el ángulo de balanceo medio a 0,59º en mares de 1 metro.
Una de las mayores variables en cualquier decisión de estabilización son las expectativas del propietario. No ayuda el hecho de que actualmente no exista un estándar industrial disponible, específicamente para Zero Speed™, para evaluar el confort de movimiento a bordo de grandes yates. Al fin y al cabo, reaccionamos a los mismos estímulos de forma diferente, y las aceleraciones que podrían no molestar a un navegante experimentado.
La Organización Internacional de Normalización (ISO) está abordando el problema, y un grupo de trabajo dirigido por MARIN (Instituto de Investigación Marítima de los Países Bajos) está ultimando un informe que se publicará en breve y que pretende ofrecer un criterio de confort con un valor numérico que también tenga en cuenta las variaciones humanas.